Hoy se estrena ‘La buena suerte’, una película que Gracia Querejeta ha adaptado de la novela homónima de Rosa Montero. En ella, se entrelazan dos realidades opuestas: un padre enfrentándose a la brutalidad de su propio hijo y una niña abandonada que no pierde la esperanza ni la bondad a lo largo de su vida.
La dolorosa realidad de ser padre
Gracia, con sus palabras, nos invita a reflexionar sobre algo que, aunque parezca distante, puede sucederle a cualquiera: darlo todo por un hijo y, sin embargo, recibir su ira en forma de violencia. Ella misma lo describe como “lo más terrible”, un sentimiento que resuena profundamente en quienes han vivido situaciones similares. A veces, los hijos se convierten en extraños; esa relación tan estrecha puede romperse en mil pedazos cuando el odio toma el control.
La cineasta recuerda un momento impactante mientras paseaba con su madre por San Sebastián. Un encuentro con una madre gritando a su hijo: “Quédatelo todo, pero no me robes más”. Esa imagen le quedó grabada como un símbolo del sufrimiento y la desesperación que viven muchas familias hoy en día.
A pesar de sus propias preocupaciones como madre, Gracia admite que nunca ha estado al borde del abismo como tantos otros padres. Ha sido firme en su rol y ha tomado decisiones difíciles para guiar a su hijo por el buen camino. Reconoce lo complicado que es lidiar con estos dilemas familiares y cómo el amor incondicional se pone a prueba ante situaciones extremas.
Querejeta sabe que hay un dolor indescriptible cuando se ve a un hijo cometer atrocidades; es esa carga emocional la que busca transmitir en su película. En este sentido, cuestiona cómo los padres pueden lidiar con esa culpa latente: “Es algo natural sentirse responsable”, comenta.
Aunque su propia relación con sus padres fue llena de amor y apoyo, reconoce las dificultades del mundo actual donde las familias enfrentan problemas graves. Se siente afortunada por haber tenido unos padres que creyeron en ella desde el principio y aprendió valiosas lecciones sobre resiliencia y esfuerzo.
Al final del día, ‘La buena suerte’ no solo es una historia sobre la violencia familiar sino también un recordatorio de cómo las relaciones se ven afectadas por circunstancias fuera de nuestro control. Con cada proyección y conversación generada alrededor de esta obra, Gracia espera contribuir a visibilizar estas realidades duras pero necesarias de discutir.