Era un día cualquiera en Butlins, en la playa de Skegness, cuando una historia profundamente conmovedora comenzó a dar la vuelta al mundo. Kelly Sheridan, tras perder a su madre, Wendy Chadwick, en febrero debido a una enfermedad cardíaca, decidió rendirle homenaje de una manera muy especial. Desde pequeña, Wendy había soñado con recorrer playas soleadas y disfrutar del mar. Sin embargo, la vida no le permitió cumplir esos deseos.
Un viaje eterno por el océano
Así que Kelly se armó de valor y optó por algo inusual: en lugar de esparcir las cenizas directamente sobre la arena, metió un poco de ella en una botella y la lanzó al mar. «Me encantaría que terminara en una playa de Barbados o España», confesó emocionada durante una entrevista con la BBC. Con esa esperanza en el corazón, dejó volar las cenizas para que viajara libremente.
Poco después, publicó en un grupo de Facebook algunas imágenes del momento y dejó un mensaje claro: «Esta es mi madre. Devuélvela, ella está viajando por el mundo. Gracias». Fue entonces cuando varios usuarios empezaron a compartir su publicación con un único objetivo: ayudarla a contactar con Cara Melia, quien encontró la botella.
En cuestión de horas, aquel post se volvió viral y fue compartido casi 2.000 veces. Finalmente, Cara respondió: «Soy yo, gracias por devolver a mi madre al mar». La comunidad se unió para hacer posible este bello gesto lleno de amor y recuerdos. Y así fue como las cenizas de Wendy comenzaron su aventura por los mares del mundo.