La situación en la Justicia juvenil de las Baleares ha llegado a un punto crítico. Los profesionales del sector están alzando la voz, demandando no solo mejores condiciones laborales, sino también un entorno seguro para ejercer su labor. En un contexto donde los desafíos son cada vez más complejos, estos trabajadores se sienten desamparados y expuestos.
La lucha por una justicia más justa
Las quejas son claras: el monocultivo turístico ha afectado gravemente a la capacidad de ofrecer recursos adecuados. La falta de personal y las instalaciones precarias no hacen más que complicar el día a día en este ámbito tan delicado. «Nosotros estamos aquí para ayudar a los jóvenes, pero necesitamos herramientas y un ambiente que lo permita», comenta uno de los profesionales que prefirió permanecer en el anonimato por miedo a represalias.
A medida que avanza la crisis, es evidente que hay un clamor colectivo. Estos trabajadores no piden imposibles; simplemente quieren poder hacer su trabajo sin tener que tirarlo todo a la basura por la falta de apoyo. Es hora de poner sobre la mesa estas reivindicaciones y dar voz a quienes se encuentran en primera línea, luchando por el bienestar de nuestra juventud.