En una reciente entrevista, Omar El Akkad, un autor egipcio con un pasado como corresponsal de guerra, no se guardó nada al hablar sobre el horror que está viviendo Gaza. Su libro ‘Algún día todo el mundo habrá querido estar siempre en contra’ no es solo una obra literaria, sino una crónica desgarradora que denuncia lo que él considera la complicidad de Occidente en esta crisis humanitaria.
El Akkad nos lleva a través de su propia historia, desde su infancia en Catar hasta su vida actual en Estados Unidos. A medida que entrelaza sus vivencias con los eventos actuales en Gaza, deja claro que hay algo profundamente perturbador en nuestra indiferencia. «Cada vez que cuestionaba algo, me daba cuenta de que yo también era parte del problema», confiesa. Esta reflexión lo llevó a escribir un libro donde aborda la ceguera colectiva ante un conflicto tan brutal.
La brecha entre palabras y acciones
A lo largo de la conversación, El Akkad destaca cómo muchos ciudadanos claman por justicia mientras sus gobiernos parecen mirar hacia otro lado. «Es frustrante ver esa desconexión», expresa. Las protestas han surgido por toda Europa y América del Norte, reflejando el deseo de las personas de hacer oír su voz. Sin embargo, él advierte que estas manifestaciones a menudo enfrentan represión: «Cualquier forma activa de protesta puede ser peligrosa», añade.
Pero el autor no se detiene ahí; señala con fervor lo inaceptable que resulta justificar muertes inocentes: «Nada va a hacerme creer que la matanza indiscriminada de niños es buena y necesaria». Para él, cada víctima cuenta, especialmente los más vulnerables. En este sentido, pone énfasis en cómo la narrativa del ‘terrorismo’ ha sido usada para deshumanizar a miles.
Y aunque mira al futuro con cierto escepticismo —reconociendo que quizás nunca vea justicia plena— mantiene una chispa de esperanza: “El colonialismo es agotador para quienes lo perpetúan”, reflexiona. La lucha por los derechos humanos y la dignidad seguirá siendo un tema central en su trabajo literario.