El ambiente en el Ajuntament de Palma está cargado de tensión. El alcalde Jaime Martínez, junto a sus compañeros Javier Bonet y Lourdes Roca, se enfrenta a una realidad complicada tras el reciente acuerdo presupuestario entre el PP y Vox. Aunque la izquierda intenta minimizar las encuestas que reflejan una caída en su apoyo, la preocupación crece ante lo que podría significar este pacto en las próximas elecciones.
¿Qué pasa con las encuestas?
Las voces del PSOE y Podem no tardaron en alzar la mano para restarle importancia a los resultados publicados por Última Hora. Esa encuesta, realizada antes del anuncio del acuerdo, otorga dos concejales más a la derecha mientras que el PSOE vería reducido su número de ediles. Més se mantendría con tres concejales, pero Podemos parece estar en peligro de extinción.
A pesar de estos datos preocupantes, los partidos del ‘Pacte’ han cuestionado la validez de estas cifras, recordando que aún faltan dos años para las elecciones. Lucía Muñoz, coordinadora de Podem, no ha dudado en calificar este pacto como un «efecto Bauzá» que dejará huella. Y es que Iago Negueruela, secretario general del PSOE local, ha insistido: “La gente empieza a ver que no tiene palabra”, refiriéndose a la presidenta Prohens.
Desde Cort celebran los resultados parciales como un signo positivo para su gestión. La portavoz Mercedes Celeste menciona que esto refleja «el efecto del tándem Armengol-Negueruela». Sin embargo, hay un claro castigo al PSOE según sus palabras.
No obstante, Vox también quiere hacer ruido con esta situación; afirman que el panorama municipal sigue favoreciendo a la derecha y sugieren que si tuvieran más concejales podrían haber ampliado aún más esa distancia con la izquierda. Para ellos, la desaparición de Podemos es un claro rechazo a políticas que consideran extremistas.
Més tampoco se queda callada ante lo evidente: los resultados son alarmantes y representan una «oleada reaccionaria» por parte de la derecha. Neus Truyol declara sin tapujos que este nuevo gobierno implicaría más problemas: «más masificación turística, viviendas más caras» y ataques directos hacia derechos fundamentales.
A medida que avanzamos hacia unas elecciones inciertas pero cruciales, queda claro: el futuro político en Palma se debate entre nuevas alianzas y antiguas promesas incumplidas.