Este lunes, el automovilismo balear ha quedado huérfano. Nos despedimos de Tolo Ferrer Vich, una figura que fue mucho más que un simple piloto; su legado va más allá de las pistas y las carreras. La noticia de su fallecimiento ha causado una profunda tristeza en Mallorca y en toda Baleares, donde dejó una marca imborrable como dirigente y organizador.
Un apasionado del motor que nunca se rindió
La Federació d’Automobilisme de les Illes Balears no tardó en compartir su pesar: «Despedimos a una persona admirable, pero su legado perdurará siempre en cada curva, en cada carrera y en cada corazón que late por el motor en nuestras islas». Y es que Tolo no solo era querido por su carisma, sino también por la pasión con la que impulsó el automovilismo local. Como fundador y presidente de la Escudería Drach, su trabajo ayudó a dar forma a eventos emblemáticos del calendario balear.
«Tolo fue mucho más que un piloto: fue un apasionado incansable», añadían desde la FAIB. Su dedicación al deporte de sus amores lo convirtió en un referente para generaciones enteras de aficionados. Con su partida, se apaga una luz brillante en el mundo del motor, pero su espíritu seguirá vivo entre quienes lo conocieron y compartieron con él la pasión por las cuatro ruedas.