En una jugada que podría cambiar las reglas del juego en el sector aéreo, la Organización de Consumidores Europeos (BEUC) ha decidido plantarse y denunciar a varias aerolíneas, entre ellas Ryanair, Vueling y Volotea, por lo que consideran prácticas abusivas relacionadas con el cobro del equipaje de mano. Esta denuncia no es un capricho; representa la voz de organizaciones de 12 países que están cansadas de ver cómo se ignoran los derechos de los pasajeros.
Un paso firme hacia la justicia
Agustín Reyna, director general de la BEUC, no ha dudado en expresar su indignación: «Tomamos medidas contra siete aerolíneas que están explotando a los consumidores e ignorando al máximo tribunal de la UE». La situación es clara: desde el corazón de la Unión Europea se está revisando el reglamento sobre los derechos de los pasajeros aéreos, con el objetivo de dejar bien claro qué servicios deberían incluirse en un billete básico.
La expectativa es que cada pasajero pueda llevar consigo al menos un bulto pequeño y una pieza más grande sin tener que preocuparse por cargos adicionales. Y no es para menos; en 2014, el Tribunal de Justicia Europeo ya sentó jurisprudencia estableciendo que las aerolíneas no pueden cobrar más si el equipaje cumple con ciertas especificaciones. Sin embargo, parece que algunas compañías han hecho caso omiso a esta directriz.
A pesar de haber sido multadas previamente —179 millones de euros fueron sancionados por el Gobierno español a estas aerolíneas—, Ryanair y sus colegas han decidido recurrir ante la Comisión Europea. Mientras tanto, esperan ansiosos que se tomen decisiones efectivas que protejan nuestros derechos como viajeros. Por nuestra parte, los consumidores seguimos preguntándonos: ¿hasta cuándo vamos a permitir estos abusos? Lo cierto es que hay una creciente necesidad de transparencia sobre lo que realmente incluye una tarifa básica. Ojalá esta iniciativa sirva para abrir camino a cambios reales.