En un fin de semana donde el fútbol ha brillado por su emoción, la pregunta que resuena entre los aficionados es clara: ¿por qué Ancelotti no tuvo los fichajes necesarios para salir del Madrid con la cabeza bien alta? Mientras el Barcelona celebraba su victoria en la Liga, nosotros nos quedamos mirando al cielo, preguntándonos si nuestro equipo estaba a la altura.
La escena era conmovedora. Florentino y Ancelotti se saludaron como dos viejos amigos que saben que la despedida está cerca. Pero lo cierto es que tras esa sonrisa hay una gran incertidumbre. ¿Cómo puede ser que un club con tanto prestigio no haya respaldado a su entrenador en un momento crucial? Lamine Yamal, una estrella en ascenso, brilla como candidato al Balón de Oro mientras nosotros nos debatimos entre victorias y derrotas.
La otra cara de la moneda
A pesar de conseguir una victoria ante el Sevilla, el Madrid no logra desprenderse de esa sensación amarga. Los seguidores están cansados de ver cómo se tiran a la basura oportunidades para construir un equipo sólido. La alegría ajena contrasta con nuestra realidad; mientras otros celebran, aquí estamos nosotros intentando entender qué ha pasado.
No se trata solo de resultados en el campo; va más allá. Se trata de orgullo y dignidad. Ancelotti merecía más apoyo y respeto por parte del club, sobre todo en este capítulo final. En este juego no solo importa ganar; también hay que saber perder con elegancia. Y hoy, parece que eso nos falta.