En una reciente charla, el profesor Eduardo Sáenz de Cabezón, de la Universidad de La Rioja, se encontró con una pregunta que muchos se hacen: «¿Son las matemáticas cosa de listos?». Esta inquietud proviene del niño que asiente con curiosidad, pero también refleja un estigma que pesa sobre la materia. Según el psicólogo Howard Gardner, hay siete tipos de inteligencias, y todas son igual de valiosas: desde la musical hasta la lingüística. Sin embargo, en nuestra sociedad parece que solo hay espacio para considerar a unos pocos como realmente inteligentes.
Una visión más amplia de la inteligencia
Sáenz de Cabezón no tardó en responder a esa inquietante pregunta. «Para empezar», dice, «hay una trampa en eso de ser ‘listo’. ¿Acaso es más inteligente Andrew Wiles por resolver el último teorema de Fermat que alguien que sabe consolar a un amigo? La empatía es también una forma de inteligencia.» Y así continúa su reflexión al señalar cómo hay muchas maneras distintas de ser inteligente. Desde el fútbol hasta las relaciones humanas, cada habilidad cuenta.
El matemático destaca un punto crucial: esa percepción negativa hacia las matemáticas ha generado lo que él llama un complejo. “Las matemáticas son difíciles, solo para los listos”, dice él imitando a quienes piensan así. Esto provoca que muchos sientan que si no se les da bien esta materia, entonces no son lo suficientemente inteligentes. Pero ¡basta ya! Si alguna vez has sentido esto, Sáenz tiene un mensaje claro: quítate ese complejo.
Al final del día, lo importante es recordar que todos tenemos algo único que aportar y cada tipo de inteligencia merece ser valorada. Así que dejemos atrás esos mitos y abracemos nuestras capacidades.