En un ambiente cargado de incertidumbre, el embajador estadounidense ante la OTAN, Matthew Whitaker, nos ha dejado entrever que las conversaciones sobre la posible reducción de tropas en Europa comenzarán a finales de este año. Durante una conferencia anual de seguridad en Tallín, Estonia, Whitaker fue claro: «En algún momento a finales de año empezaremos a tener estas conversaciones y todos nuestros aliados están listos para ello». Pero, ojo al dato, porque aunque el clima sea constructivo, todavía no hay nada firmado.
Un nuevo enfoque dentro de la OTAN
Whitaker también dejó claro que cualquier charla se llevará a cabo dentro del marco de la OTAN. La seguridad es un tema delicado y no se van a dejar lagunas por el camino. «Nos aseguraremos de tener conversaciones con países específicos en un marco bilateral», enfatizó. No obstante, subrayó que los aliados europeos cuentan ya con capacidades militares robustas y preparadas para ofrecer una defensa efectiva sin depender completamente del apoyo estadounidense.
Esto llega justo después de que los jefes de Exteriores de la OTAN se reunieran en Antalya, donde el secretario de Estado estadounidense recordó a sus socios la necesidad imperiosa de elevar el gasto en defensa hasta el 5% del PIB. Una advertencia clara: la presencia militar norteamericana en Europa “no durará para siempre”. Así lo dijo Pete Hegseth, secretario de Defensa, quien puso sobre la mesa una realidad ineludible: “Lo que ocurra en cinco, diez o 15 años forma parte de una discusión más amplia”. En definitiva, se nos presenta un futuro lleno de retos y decisiones cruciales.