El Rally de Portugal ha comenzado y, como siempre, lo ha hecho con una dosis brutal de emoción. En esta primera etapa maratoniana, donde los pilotos han recorrido más de 100 kilómetros sobre tramos que iban del barro al polvo, Ott Tanak ha demostrado ser el rey del asfalto luso. Tras más de una hora y cuarenta minutos de pura adrenalina, el estonio se alzó con la primera posición, dando un respiro a Hyundai tras su reciente decepción en Gran Canaria.
Una jornada repleta de sorpresas
La competición no solo fue un espectáculo para los aficionados; fue también una dura prueba para los conductores. La jornada inicial se extendió por 149 kilómetros de tramos difíciles que pusieron a prueba hasta el más mínimo detalle del coche. Con nuevos neumáticos Hankook que no estaban convenciendo del todo en barro, la estrategia se convirtió en un juego crucial. Sin embargo, las condiciones no fueron tan complicadas como muchos temían.
Durante la mañana, Tanak y Fourmaux acapararon la atención al dominar las primeras etapas, pero el belga tuvo un tropiezo que le costó caro: rompió la suspensión en una curva complicada. Esto dejó el camino libre para Tanak mientras Sébastien Ogier acechaba desde cerca junto a sus compañeros de equipo Katsuta y Rovanpera.
A pesar de su triunfo parcial, Tanak admitió que no fue fácil: “Fue una segunda parte demandante. No encontramos el punto dulce al final y estábamos sufriendo”, confesó tras dejarse llevar por la emoción. Pero su talento brilló cuando batalló codo a codo con Ogier por los mejores tiempos en Águeda y Albergaria.
Los Toyota están ahí, listos para aprovechar cualquier error; Ogier ha mostrado su garra al ajustar sus reglajes para las segundas pasadas. Entre ellos hay apenas 1.2 segundos que separan a Katsuta y Rovanpera, mientras Neuville intenta remontar después de un inicio accidentado.