En un giro que parece más un juego de palabras que un compromiso real, el jefe de la delegación rusa en Estambul, Vladimir Medinski, ha declarado que su objetivo último en las negociaciones con Ucrania es alcanzar la «paz». Pero, ¿realmente hay algo detrás de esas palabras? Mientras tanto, Kiev se prepara para enviar una delegación encabezada por su ministro de Defensa, Rustem Umerov, a este encuentro tan esperado.
Compromisos vacíos y faltas de respeto
Medinski ha afirmado con confianza que el propósito de estas conversaciones es establecer una paz duradera y resolver las raíces del conflicto. Sin embargo, muchos no pueden evitar pensar que esto suena más a una estrategia de distracción que a un genuino deseo de solucionar la situación. En medio del caos político, Zelenski ha señalado claramente lo que todos piensan: Rusia demuestra una «falta de compromiso» y un total «desprecio» hacia los esfuerzos de mediación.
Además, cabe destacar que Vladimir Putin no estará presente en estas negociaciones cruciales. Esto deja aún más preguntas en el aire sobre la seriedad del Kremlin. Zelenski también confirmó poco antes que él mismo no asistirá debido al desprecio mostrado por Putin, enviando en su lugar a otra delegación. En sus conversaciones con el presidente turco Erdogan, agradeció la mediación pero no dudó en señalar la falta de respeto por parte de Moscú hacia Turquía y Estados Unidos.
Entre tanto vaivén diplomático y falta de claridad, solo queda esperar si algún día se podrá hablar realmente de paz o si estos encuentros son simplemente otro capítulo más en una historia interminable.