El corazón de Génova está de luto. La Sampdoria, ese equipo que tantas alegrías ha dado a sus seguidores y que alguna vez levantó el Scudetto, acaba de caer en la trampa del destino. En un partido decisivo contra el Juve Stabia, el 0-0 fue suficiente para condenar a los blucerchiati a un descenso histórico a la Serie C, una categoría donde nunca habían pisado en sus 78 años de historia.
Era el último día de la Serie B y la ‘Samp’ llegaba con esperanzas, pero también con una carga pesada: dependía solo de sí misma para evitar lo que se veía venir como una pesadilla. Con Gerard Yepes en el campo y tras haber tenido varias oportunidades claras gracias a M’Baye Niang, se pensaba que podían dar la vuelta al marcador. Pero esas ocasiones brillantes se fueron al traste cuando Niang falló dos remates claros; uno directo a las manos del portero y otro, increíblemente, fuera desde muy cerca.
Un golpe difícil de asimilar
El clima era tenso en el estadio mientras los aficionados veían cómo las esperanzas se desvanecían poco a poco. Los resultados de otros partidos no ayudaron: victorias del Frosinone y Salernitana sellaron su destino. Con 41 puntos, la Sampdoria termina este capítulo como 18º, acompañada por Cittadella y Cosenza hacia la división inferior. Mientras tanto, equipos como Sassuolo y Pisa celebran su ascenso a lo más alto del fútbol italiano.
Este descenso es más que un simple número; es un recordatorio doloroso para todos aquellos que han vivido cada minuto junto al club. No solo es fútbol; es pasión, identidad y recuerdos imborrables. Ahora queda ver cómo se reconstruye todo esto en busca de recuperar lo perdido.