En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, nos encontramos con una noticia que puede dejar a más de uno con un mal sabor de boca: Apple está considerando subir el precio de sus iPhones. Y sí, esto podría ocurrir independientemente de los aranceles impuestos por Estados Unidos. En un momento en el que todo parece estar en constante cambio, ¿qué hay detrás de esta decisión?
Los aranceles impulsados por Donald Trump han dejado una huella profunda en el sector tecnológico y, sin duda, Apple es uno de los grandes perjudicados. Con estos impuestos aduaneros, fabricar un iPhone se ha encarecido nada menos que 300 dólares. Sí, has oído bien. La idea de ver el nuevo iPhone a precios desorbitados es cada vez más realista; podríamos estar hablando de hasta 2.300 dólares por unidad.
Un futuro incierto para los amantes de la manzana
A pesar de la complicada situación con los aranceles, la empresa no parece tener intención de frenar su marcha hacia adelante. Según Reuters, Apple prefiere no asociar este posible incremento en los precios exclusivamente con las tarifas impuestas sobre importaciones desde China. Al final del día, lo que buscan es proteger su negocio y mantenerlo rentable.
Pensémoslo así: no sólo están lidiando con las complicaciones logísticas derivadas de estas tensiones comerciales entre Estados Unidos y China; también se ven obligados a cambiar parte de su producción a India para sortear esos mismos aranceles.
Pero volvamos al tema crucial: ¿por qué exactamente podría aumentar el precio del iPhone? Para empezar, este aumento ayudaría a cubrir los costos adicionales derivados de esas complicadas cadenas globales de suministro que todos conocemos demasiado bien ahora. Un informe reciente sugiere que podríamos ver incrementos del 31% en smartphones nuevos debido a estos cambios económicos.
Así que imagina: si esto se cumple, el modelo más asequible del iPhone 16, ese al que tanto cariño le tenemos, podría costar unos 1.142 dólares, frente a los 956 euros actuales. Una locura total para muchos.
Aparte de justificar estos aumentos por las funciones nuevas y los cambios en diseño –que siempre son atractivos– Apple sigue queriendo desvincularse totalmente del tema arancelario. A fin y al cabo, nadie quiere ser responsable del golpe directo al bolsillo del consumidor.
Lo cierto es que estamos ante un panorama incierto donde la tecnología y la economía parecen chocar constantemente. ¿Estás listo para afrontar estos posibles cambios? Solo queda esperar y ver qué nos trae este nuevo otoño.