En un rincón olvidado de nuestra historia, el eco del pasado resuena con fuerza. Serafí Vives Servera, junto a su padre, fue víctima de una represión feroz que marcó a toda una generación. Este episodio oscuro nos recuerda cómo la sombra del franquismo no solo ha dejado huellas en el suelo, sino también en nuestros corazones.
Un legado que duele recordar
A medida que se revelan las identidades de más víctimas, como el hermano de Aurora Picornell, uno no puede evitar preguntarse: ¿cuántas historias más han quedado escondidas bajo el peso del silencio? En Manacor y Formentera, se han encontrado restos que hacen revivir la memoria colectiva de aquellos días tristes. No son solo cifras; son vidas truncadas, sueños arrasados por un régimen que nunca debería haber existido.
¿Y qué pasa con las decisiones tomadas hoy? Mientras algunos pretenden blanquear ese pasado aterrador o incluso ignorarlo, otros nos alzan la voz y dicen: ¡basta! La reciente aprobación para proteger el monumento de la Feixina es un claro ejemplo de cómo los intentos de confrontación caen en saco roto. Pero nosotros no olvidamos.
No podemos dejar que estos momentos se conviertan en meras anécdotas. El feixisme sigue siendo un tema candente; sus ecos resuenan todavía en nuestras calles y en nuestra sociedad. Aprender del pasado es esencial para construir un futuro donde todos podamos vivir sin miedo ni represión. Porque cada historia cuenta y cada vida importa.