Todo sucedió un 8 de mayo, en torno a las 16:40 horas, cuando la Unidad de Seguridad Integral (USEI) de la Policía Local de Palma puso sus ojos sobre un grupo de vendedores ambulantes en Dalt Murada. La escena era típica del centro histórico: turistas paseando y comerciantes ofreciendo sus productos. Sin embargo, el ambiente cambió drásticamente cuando los agentes detectaron que uno de esos vendedores estaba intentando vender 345 prendas deportivas falsificadas, ¡una verdadera locura!
Apenas tuvieron tiempo para reaccionar; el vendedor senegalés fue interceptado antes de que pudiera escapar. Pero aquí no terminó la historia. Sus compañeros, al ver cómo se llevaban a su compañero y su mercancía, regresaron al lugar con la intención de recuperar lo incautado. Fue entonces cuando el clima se tornó tenso. Los ánimos comenzaron a caldearse y se generó una situación hostil.
La llegada del refuerzo policial
Dada la gravedad del asunto, los agentes pidieron refuerzos mediante la Base del 092. En cuestión de minutos, llegaron más unidades de la Policía Local y también un equipo de la Policía Nacional para controlar el tumulto.
A una vez que lograron calmar los ánimos, informaron al vendedor sobre su condición como investigado por un presunto delito contra la propiedad industrial y le recordaron que debía comparecer ante el juez cuando le llamaran.
La Policía Local no pierde tiempo; han dejado claro que continuarán con su labor en contra de esa venta ambulante no autorizada dentro del marco del dispositivo SETUR 2025. El pulso entre las autoridades y estos comerciantes sigue latente en nuestras calles.