El pasado martes, en un día que parecía como cualquier otro, se produjo un trágico suceso en la rotonda del Conservatorio de Palma. Un hombre de 84 años fue arrollado por un coche mientras cruzaba el paso de peatones. Desde entonces, su vida cambió para siempre y, desgraciadamente, este domingo nos dejó.
El octogenario se encontraba ingresado en estado crítico en la UCI del hospital Son Espases tras recibir las primeras atenciones de un coche patrulla que llegó rápidamente al lugar del accidente. Uno de los agentes no dudó en realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta que llegaron los servicios sanitarios, quienes continuaron con las labores necesarias para estabilizarlo y lo trasladaron urgentemente al hospital.
Una comunidad consternada
A pesar de los esfuerzos médicos, las heridas eran demasiado graves y el hombre falleció este domingo por la tarde. Es una noticia que duele a todos; no solo es un simple número más en la lista de accidentes. Era un abuelo, una persona con historias que contar y sueños aún por cumplir. Por si fuera poco, el conductor involucrado dio negativo en la prueba de alcoholemia realizada poco después del incidente.
Estos acontecimientos nos hacen reflexionar sobre nuestra responsabilidad como ciudadanos y cómo debemos cuidar a nuestros mayores. Cada vida cuenta y cada accidente es una llamada a la conciencia colectiva. ¿Qué podemos hacer para evitar situaciones así? La comunidad necesita estar alerta y unida para proteger a nuestros abuelos.