Hoy tenemos la oportunidad de conocer más a fondo a Roberto Enríquez, conocido por todos como Bob Pop. Este hombre ha transformado su dolor en arte y reflexión. A los 27 años le diagnosticaron esclerosis múltiple, una enfermedad que ha marcado cada rincón de su vida. Sin embargo, lejos de rendirse, ha decidido compartir su experiencia en la obra Hablar no sirve. De nada, que se presenta esta noche a las 20:30 horas en el teatro Rosalía como parte del Corufest.
Una historia de lucha y transformación
Mañana, además, estará firmando ejemplares de su nuevo libro De cuerpo presente en la librería Galgo Azul a las 19:00 horas. Este libro no es solo un compendio de palabras; es un viaje emocional que comienza con el miedo al diagnóstico y termina con la aceptación de un cuerpo que cambia. Bob nos cuenta cómo ha evolucionado durante estos 27 años: «La primera parte habla del miedo y soledad, mientras que la segunda refleja conexiones humanas, invita al lector a involucrarse».
A pesar del peso que lleva sobre sus hombros, Bob enfrenta su realidad con una perspectiva asombrosa. Nos dice que tras recibir el diagnóstico aprendió a ver su vida como una transición donde él tiene poco control sobre lo físico pero puede construir un entorno lleno de felicidad. Y aquí es donde radica la esencia de su mensaje: hablar no sirve si lo hacemos desde el silencio o la superficialidad.
Sus palabras resuenan cuando aborda el tema de la soledad deseada frente a la no deseada; para él, crear espacios mentales libres es fundamental. La escritura se convierte en ese refugio personal aunque admite que depende mucho de quienes le rodean para poder sostener esos momentos.
No busca conmiseración ni aplausos por estar en silla de ruedas; quiere transmitir autenticidad y contradicciones humanas. Rehuye ser catalogado como héroe o luchador porque cree firmemente que cada persona vive su propia realidad y decisiones. Y así se siente privilegiado pero también consciente del sistema; plantea una crítica directa hacia cómo muchos dependen sin recursos adecuados en nuestro país.
Preguntándole sobre su humor característico ante adversidades, responde con sencillez: «Es mi forma de pensar». Para él, encontrar lo cómico entre lo trágico es vital para abordar cuestiones difíciles sin caer en el desánimo.
Cierra nuestra charla reflexionando sobre cómo espera que su obra haga eco en los corazones del público: «Nos falta conciencia sobre nuestra mortalidad y eso debería empujarnos a vivir con más propósito». Sin duda, Bob Pop nos enseña que cada palabra cuenta y cada historia importa.