Todo parecía fluir con normalidad en el estadio Pepico Amat, donde los jugadores del Eldense y del Málaga se jugaban mucho más que tres puntos. En un partido crucial para ambos, la tensión estaba a la orden del día. Pero en el minuto 54, lo que debería haber sido solo un encuentro deportivo se tornó en algo inaceptable. Sekou Gassama, delantero del Eldense, recibió insultos racistas desde la grada visitante. La atmósfera cambió de golpe.
La reacción ante la intolerancia
Galech Apezteguía, el árbitro del encuentro, tuvo que frenar el juego durante 2 minutos y 24 segundos para activar el protocolo antirracista después de que Gassama informara sobre los gritos despectivos que estaban escuchando sus oídos. ‘Sé diferenciar entre gritos de ‘uh, uh’ y otros sonidos’, dijo el jugador con firmeza. Su mirada desafiante hacia quienes lo insultaban no dejó lugar a dudas; él no iba a permitirlo.
La jugada había sido intensa: Gassama saltó buscando un balón dentro del área cuando la afición malaguista decidió hacer su aparición con insultos desde las gradas. Al ver esta situación, Sekou buscó al árbitro para alzar su voz contra el racismo. A pesar de la tensión, su equipo y los seguidores del Eldense mostraron apoyo inmediato tras la reanudación del partido.
Los mensajes contra la violencia resonaron por los videomarcadores mientras todos tomaban conciencia de lo ocurrido. Es fundamental recordar estos momentos y condenar cualquier actitud discriminatoria en los estadios porque todos merecemos disfrutar del fútbol sin miedo a ser atacados por nuestra raza o color de piel.