El nuevo paseo marítimo de Magaluf, que ha sido objeto de tantas miradas y expectativas, está a punto de cerrar su primera fase de obras. ¿Quién no ha soñado con un espacio renovado donde disfrutar del sol y el mar? Sin embargo, la realidad es que este proyecto se enfrenta a obstáculos inesperados. La escasez de trabajadores en las Islas Baleares pone en jaque la inminente temporada turística y nos deja preguntándonos qué pasará con nuestros días bajo el sol.
Desafíos que afectan a todos
Las patronales advierten sobre este problema, y no podemos ignorar su preocupación. Pero eso no es todo; mientras algunos luchan por levantar el destino turístico que tanto queremos, otros levantan la voz contra el monocultivo turístico que amenaza nuestra esencia. Vandalismos recientes en la Almudaina han dejado claro que hay quienes están cansados de ver cómo se ignoran nuestras raíces en favor del turismo masivo.
Y así seguimos, con una mezcla de esperanza y descontento, porque aunque algunos proyectos avanzan, hay voces que nos recuerdan lo importante que es cuidar nuestra identidad. Todos queremos un Magaluf vibrante, pero no a costa de tirar a la basura lo que realmente somos.