La tranquilidad de una tarde en el campo se vio truncada por un violento asalto en Manacor. Tres encapuchados, vestidos de negro y con la intención clara de robar, irrumpieron en una casa rural donde tres alemanes, ya en sus sesenta, disfrutaban de su estancia. En cuestión de minutos, todo cambió; con una taser en mano, los delincuentes inmovilizaron a las víctimas y las maniataron con bridas.
Este terrible episodio tuvo lugar alrededor de las 20:00 horas, en una finca apartada que debería ser un refugio y no un blanco fácil para el crimen. Los ladrones, que al parecer no dominaban bien el español, comenzaron a registrar la casa sin contemplaciones. En su búsqueda encontraron unos 5.000 euros en efectivo y varios teléfonos móviles que pertenecían a los infortunados huéspedes.
Agraviado llama al vecino: entre el miedo y la desesperación
Una vez alcanzaron su objetivo, los delincuentes huyeron rápidamente dejando atrás a unas víctimas desoladas y atemorizadas. Sin embargo, uno de ellos tuvo la presencia de ánimo suficiente para pedir ayuda a un vecino que estaba cerca. Gracias a esa llamada rápida, los servicios de emergencia llegaron pronto al lugar.
Agentes de la Policía Nacional y Local se hicieron cargo del asunto y comenzaron a entrevistar a las víctimas. Con descripciones precisas en mente, intentan ahora localizar a estos asaltantes que han dejado una huella amarga en lo que debería ser un remanso de paz.