En un escenario de creciente tensión que parece no tener fin, las autoridades indias han dado a conocer este viernes la «neutralización» de siete personas a las que consideran «terroristas». Este suceso ocurrió durante un intento de infiltración en la región de Cachemira, esa zona tan disputada con Pakistán, donde cada día es más complicado encontrar un atisbo de paz.
La Fuerza de Seguridad Fronteriza (BSF) ha hecho eco de esta operación afirmando que sus fuerzas lograron frenar la infiltración, no solo eliminando a estos individuos, sino también causando daños considerables en un puesto paquistaní en Dhandhar. Sin embargo, el ambiente se vuelve más turbio cuando escuchamos voces desde Islamabad que acusan a Nueva Delhi de difundir información falsa para deslegitimar al país vecino.
Un ciclo interminable de acusaciones y violencia
A medida que las tensiones aumentan, las fuentes oficiales citadas por NDTV revelan que el Ejército indio ha llevado a cabo diversas operaciones contra Pakistán tras una serie de ataques recientes con drones. A pesar del ruido mediático y los intercambios verbales entre ambos países, Islamabad niega todas las acusaciones y critica lo que llama una «campaña imprudente» destinada a desprestigiarles.
No olvidemos que todo esto ocurre tras un atentado devastador en abril en Cachemira india que dejó 26 civiles muertos, muchos de ellos turistas. Desde entonces, el ciclo violento parece haberse intensificado; bombardeos indiscriminados han dejado más de 30 víctimas mortales del lado paquistaní, mientras que las represalias han cobrado la vida de al menos 16 personas en territorio indio. Es una espiral sin fin donde cada acción lleva inevitablemente a una reacción.