El entrenador del Real Valladolid, Álvaro Rubio, no pudo evitar que la preocupación se reflejara en su rostro cuando habló sobre el futuro del club. Con la posible venta en el horizonte, cada día que pasa es una incógnita más. Nadie sabe si Ronaldo Nazário concluirá su etapa al mando del equipo blanquivioleta, y esa incertidumbre pesa tanto sobre los jugadores como sobre los aficionados.
“Preocupa, como a todo el mundo que quiere a este equipo”, comentó Rubio en rueda de prensa. “Pero no hablamos del tema porque no depende de nosotros. Lo importante es que nos sentimos muy arropados por las personas del Club en nuestro día a día.” Y es que, en momentos así, lo que realmente importa son las conexiones humanas y ese sentido de pertenencia.
Un desafío constante
A medida que se acerca el final de la temporada, Álvaro dejó claro que su enfoque está puesto únicamente en los cuatro partidos restantes: “No puedo pensar en lo que vendrá; hay demasiados condicionantes con los jugadores. Me da igual si acaban contrato o están cedidos; mi mente está aquí y ahora”. Este tipo de determinación es lo que muchos necesitan escuchar para sentirse seguros.
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Con lesiones complicando la defensa – Javi Sánchez, David Torres y Aidoo son bajas importantes – Rubio debe confiar en sus otros jugadores para afrontar estos retos: “Son circunstancias difíciles, pero confiamos mucho en quienes están.” Además, el misterio sobre quién será su portero principal sigue latente tras la recuperación de Hein: “Tengo que decidirlo; André Ferreira ha demostrado estar preparado para competir”.
Y cómo olvidar la situación con Luis Pérez. La afición ha levantado ampollas respecto a su presencia en casa: “Valoro las circunstancias deportivas y anímicas”, dijo Álvaro. “Es complicado que juegue aquí por todo lo que estamos viendo”. Un análisis honesto que muestra cómo vive cada partido con intensidad.
Finalmente, también tuvo unas palabras para Anuar tras enterarse de que no aceptó la oferta de renovación: “He vivido tantas cosas con él, incluso como compañero. Es un jugador vital y todos sabemos del sacrificio que ha hecho. Se merece nuestro respeto y le deseamos lo mejor porque se lo ha ganado”. En momentos como estos, esas palabras son un recordatorio poderoso de qué significa realmente ser parte de esta comunidad.