El pasado jueves, el Moviment Mallorquinista lanzó un comunicado que no dejó a nadie indiferente. En él, la asociación no escatimó en críticas hacia la gestión del club, enfocándose especialmente en lo social. Comenzaron recordando una temporada que debería haber sido celebrada como histórica, gracias a la permanencia asegurada en Primera División. Sin embargo, ellos sienten que el mallorquinismo se encuentra más apático y menos motivado que nunca.
El texto, disponible en catalán, castellano e inglés, es claro: “La atmósfera se ha vuelto fría y enrarecida”, a pesar de los esfuerzos por clasificarse para competiciones europeas. Y es que resulta alarmante ver cómo una campaña que debería estar llena de ilusión ha dado lugar a nervios y tensiones entre los aficionados.
Crisis de ilusión entre los aficionados
Con casi siete mil miembros bajo su ala, esta organización planteó un ejemplo contundente: muchos mallorquinistas sienten cada vez menos ganas de asistir a Son Moix. Y aquí viene uno de los puntos más polémicos; ¿cómo es posible que la entrada más barata para llevar a un amigo al partido contra el Valladolid sea de 80 euros? Eso solo refuerza la idea de que se está dejando atrás a quienes realmente apoyan al equipo.
A esto se suman problemas históricos como el desastre en la creación de la grada L’Infern 1916 y las complicaciones vividas durante la pasada campaña de abonados. Trámites engorrosos y decisiones poco acertadas han dejado un mal sabor de boca entre los fieles seguidores del club.
Bajo la dirección de Sebastià Oliver, el Moviment no se cansa de recordar lo esencial: cuidar a los ‘barralets’. Mientras desde el club aseguran crecer en número de seguidores y colaboraciones con famosos en redes sociales, muchos afirman sentirse ignorados y dejados de lado. “La diferencia entre una empresa y un club son sus aficionados”, destacan con firmeza. La esencia del fútbol radica en sentirlo junto a su comunidad.
Aparte, reclaman también la necesidad urgente de contar con una figura institucional dentro del club que entienda este sentimiento colectivo. Un mensaje directo hacia quienes dirigen: hay que dejar atrás esa obsesión por ganar seguidores vacíos y enfocarse más en aquellos que verdaderamente viven el mallorquinismo.
Finalmente, cierran su comunicado denunciando hechos recientes tras el Girona-Mallorca donde Dani Rodríguez recibió amenazas inaceptables por parte algunos aficionados del Mallorca. No puede haber lugar para estas actitudes dentro del fútbol; todos merecemos disfrutar del juego sin temor ni falta de respeto.