La reciente elección de Friedrich Merz como nuevo canciller de Alemania ha despertado un aire de optimismo entre los líderes europeos. En Bruselas, el 6 de mayo, varios mandatarios no han escatimado en elogios hacia Merz, quien tomó posesión tras una ajustada votación en el Parlamento. Desde Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que se declara amiga del nuevo líder y destaca su capacidad, hasta António Costa, presidente del Consejo Europeo, todos ven en él una oportunidad para fortalecer la unión europea.
Un futuro prometedor para Europa
“¡Estoy emocionado por lo que podemos lograr juntos!”, exclamó Costa mientras compartía su deseo de trabajar codo a codo con Merz en esta “ambiciosa agenda europea común”. Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, también se sumó a las felicitaciones resaltando la determinación y compromiso del nuevo canciller. Pero no solo ellos piensan así; Donald Tusk y otros líderes como Kyriakos Mitsotakis han expresado su disposición a colaborar en desafíos compartidos.
Emmanuel Macron dejó claro que el papel de Alemania es vital para el futuro europeo: “De nosotros depende hacer que este motor fraco-alemán sea más fuerte que nunca”. Desde Finlandia hasta Suecia y Letonia, los primeros ministros han reiterado la importancia del liderazgo alemán para mantener la seguridad en Europa. El primer ministro sueco Ulf Kristersson enfatizó que Alemania es un vecino confiable y afín.
A medida que los mensajes de apoyo llegan desde distintos rincones del continente, Zelenski también ha querido recordar el valor del respaldo alemán a Ucrania desde el inicio del conflicto con Rusia. Su agradecimiento es sincero: “Este apoyo ha salvado miles de vidas ucranianas”, enfatizó. La esperanza ahora es clara: un liderazgo más sólido desde Berlín podría ser clave para enfrentar los retos futuros y forjar una Europa más cohesiva.