En el aire se respiraba la emoción de una noche mágica, una de esas que quedan grabadas en la memoria. Allí estaba Antonio Vadillo, el querido entrenador del Palma Futsal, listo para recibir un nuevo baño de champán. ¿Y quién puede resistirse a eso? Este ritual se ha convertido en un símbolo cada vez que el equipo celebra uno de sus tres títulos de Champions League, una hazaña digna de mención.
Un Momento Para Recordar
Recordamos aquellos días en el Velòdrom Illes Balears, cuando todo comenzó. Desde entonces, cada victoria ha traído consigo la misma alegría y risas. El cuerpo técnico no se lo pensó dos veces y apareció con ese brillo travieso en los ojos, dispuesto a empapar al jerezano con burbujas. Y él, con su característico sentido del humor, sabía que este momento era especial y lo tomó como merece: entre risas y celebración.
No todos los días se logra un triunfo así; conseguirlo tres veces seguidas es simplemente histórico. Ante las cámaras y los micrófonos, la tradición se mantiene viva por tercer año consecutivo. La pregunta está en el aire: ¿veremos otra vez este espectáculo mágico el próximo año? Solo el tiempo lo dirá.