En una noche que prometía ser tranquila, el caos irrumpió en Son Rapinya cuando un conductor de 23 años, bajo los efectos de la marihuana, decidió que las reglas no eran para él. Este chico, al volante de un Seat Cupra, se lanzó contra varios agentes de la Policía Local como si nada importara.
A las 1:30 del pasado 30 de abril, un grupo del GAP (Grupo de Actuación Preventiva) observó cómo el coche se acercaba a gran velocidad por el Camí de Son Rapinya. ¿Qué hicieron? Rápidamente, uno de los policías advirtió a sus compañeros para que se apartaran. Sin embargo, en lugar de detenerse, el conductor hizo caso omiso y continuó su marcha desenfrenada.
Una persecución peligrosa
Los agentes encendieron las luces y sonaron las sirenas; era la única opción para intentar detenerlo. Pero este joven parecía decidido a no ceder. En un giro inesperado, realizó un brusco cambio de dirección que obligó al motorista a esquivar su vehículo. Ahí ya sabían que tenían que actuar con precaución para evitar una tragedia mayor.
Finalmente, optaron por consultar los registros informáticos y decidieron interrumpir la persecución para salvaguardar la seguridad vial. No obstante, no se rindieron; fueron directos al hogar del joven con la esperanza de poner fin a esta locura.
Pocos minutos después lo encontraron y… ¡vaya sorpresa! Un fuerte olor a marihuana invadía el interior del coche. Tras realizarle una prueba de detección, dio positivo en drogas y fue denunciado por sus actos irresponsables. Esta historia nos recuerda cuán importante es cuidar nuestras calles y recordar que hay consecuencias por actuar sin pensar.