La sordera fonológica, un término que puede sonar extraño para muchos, es una realidad que afecta a más personas de las que imaginamos. En este contexto, 78 alumnos de las Illes Balears se han clasificado para la final de la 17ª edición del concurso literario AMIC-Ficcions. Esto no solo es un motivo de celebración, sino también un recordatorio de la importancia de dar voz a quienes a menudo son silenciados.
Demandas y realidades en nuestra comunidad
No podemos ignorar lo que está sucediendo a nuestro alrededor. La asociación Fem-ho en Català ha alzado la voz pidiendo al Govern que el canal 2CAT llegue a las Balears. Un llamado que refleja una necesidad urgente: la diversidad lingüística debe ser respetada y promovida. Y si hablamos de justicia, ¿qué pasa cuando un guardia civil se niega a tramitar una denuncia solo porque se ha presentado en catalán? Eso debería ser inaceptable; nadie debería quedar sin trabajo por defender su lengua.
Y mientras tanto, otros ciudadanos enfrentan sus propias luchas. Un hombre ha resultado gravemente herido tras caer ocho metros mientras escalaba el Puig de Sant Salvador. Su historia nos recuerda lo frágiles que somos ante los retos cotidianos.
Pero hay otras batallas más cotidianas, como encontrar un piso por menos de 300.000 euros. Es todo un desafío: “Si no eres el primero en visitarlo, puedes olvidarte”, nos dice uno de los afectados con frustración.
Y así seguimos, navegando entre sueños y desilusiones. Como decía una responsable universitaria a una alumna que había denunciado una agresión: “Deja los estudios”. Una frase desgarradora que pone en duda nuestras prioridades como sociedad.
Por si fuera poco, encontramos noticias impactantes como el hallazgo del cadáver de un hombre en una playa de Menorca o el testimonio conmovedor de Biel Àngel Morey quien pasó del desempleo a montar su propio rocódromo sin tener experiencia previa en escalada.
Las demandas continúan; el Govern pide al presidente Sánchez que limite los vuelos hacia las islas por cuestiones logísticas y ambientales. Es increíble cómo muchas veces parecen olvidar lo esencial: cuidar nuestra tierra y nuestras vidas.
No podemos quedarnos callados ante esta falta de empatía por parte de quienes nos gobiernan; cada decisión tomada repercute directamente en nuestras vidas. Así estamos hoy aquí, hablando sobre lo importante pero también sobre lo urgente: cuidar unos de otros y luchar por nuestros derechos.