Era un festivo del 1 de mayo cualquiera, cuando un montañista decidió aventurarse en las rocas de la Colònia de Sant Pere, en Artà. Lo que parecía una jornada perfecta para escalar se convirtió en una pesadilla cuando, por no llevar el material adecuado, sufrió una caída de diez metros. La Guardia Civil no tardó en recibir el aviso y movilizar a su equipo.
Una caída que pudo ser fatal
El hombre se encontraba trepando con imprudencia y eso le costó caro. Según la Benemérita, «se precipitó sobre unas rocas» debido a su falta de preparación. La rapidez fue clave; los agentes del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) junto con el Servicio Aéreo de la Guardia Civil llegaron al lugar junto a los Bomberos de Mallorca para evaluar la situación. Al localizar al escalador, descubrieron que tenía el brazo derecho roto y varias magulladuras. No hay nada más urgente que asegurar su bienestar.
Los rescatadores no perdieron tiempo y comenzaron a brindarle los primeros auxilios mientras le inmovilizaban el brazo para evitar más daños. Tras estabilizarlo, lo evacuaron rápidamente mediante helicóptero al hospital Son Espases. Una acción coordinada que refleja la valentía y dedicación del cuerpo de rescate ante situaciones peligrosas.