En lo que llevamos de curso, se han abierto 683 protocolos de acoso escolar. Una cifra alarmante que nos debería hacer reflexionar sobre lo que está ocurriendo en nuestras escuelas. No se trata solo de números; son historias de niños y adolescentes que sufren en silencio, mientras nosotros, como sociedad, miramos hacia otro lado.
¿Qué está pasando con nuestros jóvenes?
La comunidad educativa tiene la responsabilidad de abordar este problema con seriedad. El Govern ha decidido actuar y mediar para conseguir un convenio autonómico sobre educación infantil, pero ¿será suficiente? Las cifras hablan por sí solas y cada uno de esos protocolos representa una historia personal llena de dolor.
No podemos permitir que el bullying se convierta en algo normalizado. La situación exige un compromiso real por parte de todos: padres, profesores y estudiantes. Estamos hablando del futuro de nuestros hijos, y cada día cuenta. Es hora de tomar acción antes de que sea demasiado tarde.