Biel Àngel Morey se encontró en una encrucijada. Sin empleo y sin saber nada sobre escalada, decidió dar un giro radical a su vida. Así fue como nació su sueño: montar un rocòdrom. «Cuando me quedé a la deriva, pensé que no tenía nada que perder», cuenta con una sonrisa que refleja la emoción de haber transformado la incertidumbre en una oportunidad.
Un paso adelante en tiempos difíciles
La historia de Biel es un ejemplo perfecto de cómo, incluso en los momentos más oscuros, podemos encontrar el camino hacia algo grande. En un contexto donde muchos sienten que el futuro se ha vuelto incierto, él optó por tirar a la basura los miedos y lanzarse a la aventura. “No sabía lo que estaba haciendo, pero tenía claro que quería crear algo propio”, añade con sinceridad.
A través del sudor y muchas horas de trabajo, logró abrir su rocòdrom, convirtiendo su pasión por la escalada en un refugio para todos aquellos que buscan desafiar sus límites. Su relato no solo inspira; también nos invita a reflexionar sobre nuestras propias decisiones y aspiraciones. ¿Quién dijo que no se puede comenzar desde cero?