La jornada en el Mutua Madrid Open no fue nada fácil para Iga Swiatek, quien se despidió del torneo de una manera dolorosa. La tenista polaca, que llegó con la presión de defender su título, se vio completamente superada por la estadounidense Coco Gauff, cayendo en semifinales con un contundente doble 6-1. Un resultado que dejó a más de uno boquiabierto, sobre todo porque Iga es conocida por su dominio en tierra batida, donde ha brillado con luz propia al ser cuatro veces campeona de Roland Garros.
El año 2025 no le está dando tregua a Swiatek; aún no ha logrado alzar un trofeo desde su victoria en París el pasado junio. Y esta derrota llega justo después de haber sufrido otro revés, un ‘rosco’ ante Madison Keys que la dejó atónita y que parecía presagiar lo que vendría. Cuando enfrentó a Gauff, Iga no mostró esa garra habitual. Su porcentaje de puntos ganados con el primer servicio fue alarmante: solo un 41%. Algo claramente no estaba funcionando.
Un mensaje de aliento entre amigos
Tras el partido, Swiatek se quedó sentada en su silla durante lo que pareció una eternidad, cubierta con una toalla, como queriendo aislarse del mundo y procesar lo sucedido. «No hay nada que analizar porque todo fue prácticamente igual de principio a fin», decía ella misma sin poder ocultar la frustración. Reconoció que no había estado bien: «Me siento pesada y fuerzo en todo momento». Las palabras salían cargadas de desánimo.
Pero ahí estaba Casper Ruud, compañero y amigo, quien también había tenido una jornada exitosa al vencer a Daniil Medvedev más temprano. Él no pudo evitar sentir empatía por Iga y decidió enviarle un mensaje reconfortante a través de las redes sociales: «Oye @iga_swiatek mantén la cabeza en alto. Como a millones de personas, me encanta verte jugar. Hoy no es tu día, pero inspiras a muchos y volverás más fuerte que nunca».
Las derrotas son duras y dejan cicatrices; sin embargo, los gestos como el de Ruud recuerdan que incluso en los momentos más oscuros siempre hay espacio para la esperanza y la amistad.