La muerte de Diego Armando Maradona sigue generando controversia y dolor en Argentina. Fernando Villarejo, el jefe de Terapia Intensiva de la clínica donde el astro fue operado por última vez, ha denunciado algo alarmante en el juicio que investiga su fallecimiento. Según él, Leopoldo Luque, el médico encargado del tratamiento de Maradona, bloqueó la entrada a otros especialistas que querían evaluarlo después de su cirugía.
Villarejo no se guarda nada y afirma que este impedimento es «extraño y extemporáneo». Los doctores Mario Schiter y una psiquiatra habían sido contactados por las hijas del futbolista y llegaron hasta la clínica con la intención de evaluar si era necesario trasladar a Maradona a un centro de rehabilitación. Sin embargo, Luque lo prohibió. Este hecho plantea muchas preguntas sobre la atención que recibió uno de los más grandes del fútbol mundial.
Un panorama preocupante
Maradona había sido intervenido por un hematoma subdural en su cabeza y, según Villarejo, presentaba serias complicaciones neurológicas además de un cuadro de abstinencia que requería un tratamiento multidisciplinario. Esto deja claro que su situación era crítica y necesitaba mucha más atención.
No sólo eso, el propio Schiter declaró que al intentar acceder a la clínica para evaluar a Maradona tras la operación, no le permitieron entrar. Sin embargo, logró revisar su historia clínica donde observó que el ídolo argentino seguía siendo “un paciente muy complejo”. En esa reunión clave sobre su tratamiento, Schiter sugirió trasladarlo a una clínica especializada pero le comunicaron que continuarían con una internación domiciliaria.
“Si me hubieran dejado verlo… Tal vez podría haber cambiado algo”, confiesa Schiter con resignación. El juicio está ahora en marcha para esclarecer si siete profesionales de la salud son culpables de homicidio simple por la muerte del ícono argentino. La comunidad sigue expectante mientras se busca justicia para uno de los mejores jugadores del mundo.