En un día que prometía ser normal, una noticia desgarradora sacudió Eivissa. Un niño de tan solo 14 años, que disfrutaba de una partida de baloncesto con sus amigos, sufrió un accidente fatal que dejó a toda la comunidad en estado de shock. La risa y el deporte se transformaron en llanto y tristeza, recordándonos lo frágil que es la vida.
Un clamor por la seguridad
A medida que las noticias se propagaban, los vecinos comenzaron a expresar su preocupación. ‘¿Qué más tiene que pasar para que tomemos medidas?’, se preguntó uno de los padres presentes en el parque donde ocurrió la tragedia. Y es que no es la primera vez que situaciones así levantan voces pidiendo cambios. Desde instalaciones deportivas seguras hasta un mayor control sobre las actividades juveniles; son demandas urgentes y necesarias.
Las reacciones no tardaron en llegar y muchos exigen respuestas concretas: ‘No podemos seguir tirando a la basura la seguridad de nuestros hijos’, decía otro afectado por este doloroso suceso. La comunidad está unida, dispuesta a luchar para evitar que esta sea una historia más entre tantas otras tristes. Hoy lloramos juntos por este joven talento del baloncesto, pero también nos movilizamos para exigir acciones reales y efectivas.