Este lunes, la estación de Sants en Barcelona se convirtió en un escenario de incertidumbre y espera. Decenas de pasajeros, atrapados por un apagón general que dejó a toda la Península a oscuras, miraban sus relojes con ansiedad. La situación se desató alrededor del mediodía y afectó a miles de personas en todo el país.
La recuperación eléctrica avanza
A las 07:00 horas de la madrugada, Red Eléctrica anunciaba que el 99 % de la demanda energética ya había vuelto, lo cual es un alivio para todos los afectados. Desde las 4:00 horas, todas las subestaciones estaban nuevamente energizadas y trabajando para restablecer el suministro. Pero esto no ha sido un camino fácil.
En Murcia, la delegada del Gobierno, Mariola Guevara, compartía que ya habían recuperado el 97% del suministro. Pero mientras tanto, en Madrid se recomendaba usar el transporte público terrestre porque el metro estaba lidiando con inestabilidades eléctricas. ¿Y qué hicieron? Desviaron a los viajeros hacia buses gratuitos para que pudieran moverse sin problemas.
No obstante, la seguridad era lo primordial. Renfe decidió suspender todo servicio de Rodalies en Cataluña. Antoni Carmona, director de Rodalies, expresaba su preocupación ante los periodistas: «Las fluctuaciones pueden hacer que un tren se detenga en medio del trayecto». Una imagen inquietante sin duda.
A medida que avanzaban las horas tras el apagón que paralizó España entera, Red Eléctrica comunicó que más del 99% del suministro ya estaba restablecido. Sin embargo, este evento pone sobre la mesa una reflexión necesaria sobre nuestra dependencia energética y cómo estamos preparados ante situaciones imprevistas.