Este lunes, la rueda de prensa del presidente Pedro Sánchez en La Moncloa se convirtió en un punto crucial tras el apagón que dejó a gran parte de España a oscuras. Con una expresión seria, Sánchez nos recordó que no hay aún «información concluyente» sobre lo ocurrido y nos pidió evitar especulaciones. Es comprensible, pero ¿acaso no estamos todos preguntándonos qué ha pasado realmente?
Recomendaciones ante la crisis
Después de una reunión urgente con el Consejo de Seguridad Nacional, el presidente compartió su mensaje: hay que limitar los desplazamientos y seguir las informaciones oficiales. Sin embargo, lo más relevante fue su advertencia sobre el uso responsable de nuestros móviles, afirmando que «vamos a pasar unas horas críticas». Y es que el suministro eléctrico se cortó en toda la Península a eso de las 12.30 horas, dejando a millones sin luz.
Los datos hablan por sí mismos. La demanda eléctrica cayó abruptamente de 25.184 megavatios a apenas 12.425, lo cual es un desplome alarmante. Las comunicaciones se vieron seriamente afectadas; aeropuertos y trenes dejaron de operar correctamente mientras los semáforos se apagaban por doquier. ¡Imagina la locura!
A pesar de que Baleares logró esquivar este caos, el impacto fue notorio en otros lugares como Portugal o partes del sur de Francia e Italia. Afortunadamente, se está trabajando para restablecer el servicio mediante dos frentes: uno desde el norte y otro desde el sur. Pero mientras tanto, nosotros seguimos aquí preguntándonos cómo hemos llegado hasta este punto.