La preocupación por los apagones eléctricos se ha convertido en un tema recurrente entre los mallorquines, y no es para menos. Imagínate la escena: estás en casa, disfrutando de una tarde tranquila, y de repente, ¡pum!, todo a oscuras. Esto le ocurrió a varios vecinos recientemente cuando tuvieron que sacar a uno de ellos del ascensor tras un apagón inesperado. La sensación de impotencia es palpable.
Un problema que no se ve
Aunque muchos nos preguntamos por qué las Islas Baleares parecen estar a salvo mientras el resto de la península ibérica sufre cortes prolongados, la realidad es más compleja. Red Eléctrica ha anticipado que podría tardar entre seis y diez horas en restablecer el servicio tras una serie de incidentes en el suministro eléctrico. Mientras tanto, nos enfrentamos a la dura realidad de unos servicios que deberían ser fiables y que, sin embargo, nos están dejando tirados.
No podemos olvidar el trágico accidente ocurrido hace poco: un joven perdió la vida en un choque frontal entre un autobús del TIB y un coche en Portocolom. Estos hechos nos recuerdan que detrás de cada apagón hay historias humanas. Además, otra joven falleció tras caer desde la cuarta planta de un hotel en Eivissa, recordándonos lo frágil que puede ser la vida.
Y así estamos, navegando entre noticias impactantes y apagones sorpresivos. Es hora de exigir respuestas claras y soluciones efectivas porque todos merecemos vivir con tranquilidad sin temor a quedarnos a oscuras.