El pasado lunes, el Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi) hizo entrega de las llaves a 25 nuevos hogares destinados a nuestros mayores en Palma. Una noticia que, sin duda, trae un soplo de aire fresco en medio del caos inmobiliario que vivimos día tras día. Con una ciudad donde los precios se han disparado y la especulación ha tomado el control, este gesto parece un alivio ante tanta incertidumbre.
Un paso hacia el bienestar
No podemos olvidar que cada vivienda es más que cuatro paredes; son sueños, recuerdos y la posibilidad de vivir dignamente. Muchos ancianos han visto cómo sus vidas cambiaban drásticamente en esta vorágine económica. Este tipo de iniciativas son vitales para garantizar que nadie quede atrás.
Sin embargo, no todo puede ser color de rosa. Mientras entregamos llaves, seguimos viendo cómo los grandes fondos compran propiedades y convierten nuestras ciudades en monocultivos turísticos. Esta situación nos debería hacer reflexionar sobre lo que estamos dispuestos a permitir como sociedad. ¿Es realmente sostenible seguir así?
Aunque hoy celebramos esta buena noticia, no perdamos de vista los desafíos que quedan por delante. La lucha por una vivienda digna debe continuar. No podemos conformarnos con poco; nuestras comunidades merecen soluciones reales y efectivas.