El debate está servido. Luisgé Martín, el autor de ‘El odio’, un libro que ahonda en la oscura historia de José Bretón, no se ha quedado callado ante la controversia que rodea su publicación. En una reciente entrevista en ‘La noche en 24h’, el escritor expresó su frustración por cómo se ha malinterpretado su obra. Según él, hay una idea errónea que flota en el aire: que su intención es dar voz al asesino. Lejos de eso, Martín asegura que lo que busca es confrontar y no glorificar.
La presión social y el miedo editorial
Apenas hace una semana, Anagrama decidió cancelar la publicación del libro, devolviendo los derechos a Martín. El autor confiesa que nunca imaginó que la situación llegaría a tales extremos: “Siempre pensé que sería polémico, pero esto supera cualquier expectativa”. Denuncia el miedo de Anagrama ante la presión social como un reflejo preocupante de nuestros tiempos: “Es inquietante ver cómo se puede crear un estado de opinión sin haber leído el texto”.
Martín comparte su deseo ferviente de ver publicado ‘El odio’, tanto por egoísmo personal como por la gravedad del tema tratado. “Es un asunto serio”, insiste. Asegura que no hay empatía hacia Bretón; más bien lo describe como un hombre mediocre y narcisista, algo muy alejado del monstruo que muchos imaginan.
No obstante, también mostró compasión por Ruth Ortiz, madre de los niños asesinados. Reconoce cómo todos nos sentimos conmovidos ante su valentía en 2011 y se lamenta de no haberla informado antes sobre su libro para aclarar sus intenciones. “Me gustaría sentarme con ella y explicarle todo lo incierto que se ha dicho”, reflexiona.
A medida que las críticas llueven sobre él y siente el peso del linchamiento mediático, no puede evitar sentirse decepcionado con la industria editorial: “Me han tratado mal”, dice resignado. Sin embargo, también reconoce el apoyo incondicional de personas cercanas a él durante este difícil proceso.
En definitiva, ‘El odio’ es más que un simple relato; es una invitación a entender las profundidades de la violencia vicaria y advertir sobre los peligros ocultos tras una fachada normalizada. Un libro necesario en tiempos donde silenciar voces parece ser la norma.