La historia comienza en el tranquilo puerto de Can Pastilla, donde el velero ‘Peregrin Tuk’ reposaba plácidamente amarrado en el club náutico. Pero la calma se rompió la noche del pasado domingo, cuando dos individuos decidieron que era buen momento para hacer de las suyas y robar la embarcación. Con sigilo, lograron colarse en las instalaciones del Club Marítimo San Antonio de la Playa y pusieron rumbo a su destino con un Jeanneau Sun Odissey 40, una joya que no les pertenecía.
Una búsqueda implacable
La situación pronto llegó a oídos de la Guardia Civil, que no tardó en movilizarse. Los trabajadores del puerto, al darse cuenta del desaguisado, empezaron a compartir imágenes del velero robado por las redes sociales, buscando ayuda ciudadana para dar con los ladrones. Las cámaras de seguridad fueron revisadas meticulosamente y así se activó el Servicio Marítimo.
Y aquí es donde la historia toma un giro inesperado. Según fuentes cercanas a la investigación que hablaron con Ultima Hora, los delincuentes se desorientaron en medio del mar y decidieron pedir auxilio a los equipos de emergencia. ¿Puede ser más irónico? Así fue como los agentes pudieron localizarlos rápidamente y proceder a su detención. Finalmente, el ‘Peregrin Tuk’ fue remolcado hasta el club náutico de sa Ràpita. Un desenlace digno de contar.