Encender y apagar un ordenador parece algo tan simple, ¿verdad? Pero, ¡oh sorpresa! Hay más de lo que parece. Muchos de nosotros, al apretar ese botón, ni nos damos cuenta de que estamos dejando una pequeña huella energética cada vez que lo hacemos. Y si hablamos del sistema operativo Windows, hay un pequeño secreto escondido en sus entrañas: el inicio rápido.
Desde que llegó Windows 8 a nuestras vidas, este proceso ha estado funcionando a nuestras espaldas. Cada vez que apagamos el PC, en lugar de desconectar todo de golpe, está guardando información en el disco duro para hacer nuestro arranque más veloz la próxima vez. Pero cuidado, porque no siempre es beneficioso dejarlo activado.
¿Por qué deberías pensártelo dos veces?
Parece increíble, pero la propia Microsoft admite en su web que este inicio rápido puede traer consigo problemas al instalar actualizaciones. Es como si el ordenador estuviera medio despierto y eso puede jugarte malas pasadas. Cuando tienes esta opción habilitada en Windows 10 o 11, parece que todo va sobre ruedas; los tiempos de encendido y apagado son casi instantáneos gracias a un modo de hibernación híbrida donde no se apaga del todo. Pero ¿realmente es la mejor opción?
Si decides desactivar esta función para evitar posibles conflictos con actualizaciones o errores durante el apagado, solo tienes que buscar las opciones de ‘energía y suspensión’. Allí podrás encontrar la configuración adicional y desmarcar esa casilla traviesa llamada ‘activar inicio rápido’. Con esto conseguirás un apagado completo y te aseguras una experiencia más estable.
No obstante, si alguna vez te encuentras lidiando con problemas tras activar el inicio rápido—como esos errores molestos al intentar hibernar—no dudes en investigar un poco más a fondo. Puede ser frustrante volver a la pantalla de bloqueo sin saber por qué sucedió.
No olvides revisar tu registro del sistema; eso podría ayudarte a identificar cualquier problema relacionado con el controlador durante el proceso de hibernación. Así que ya sabes: aunque encender y apagar parezca sencillo, detrás hay una historia llena de detalles importantes para cuidar nuestra tecnología.