En una noche que prometía ser tranquila, la Policía Local de Palma recibió un aviso que los llevó a es Portixol. Allí, un taxista de Sóller, visiblemente frustrado, narró cómo había sido víctima de un ‘simpa’ que le dejó con las manos vacías. 110,24 euros fueron los que el pasajero se negó a pagar, alegando que no llevaba dinero. Pero lo que parecía ser solo una anécdota de mala suerte pronto reveló una historia más intrigante.
El engaño del turista británico
El hombre en cuestión, un peruano de 54 años que vivía con su tía en Palma, se hizo pasar por un turista británico. Claramente afectado por la bebida, intentó despistar a los agentes asegurando no recordar dónde se alojaba. Pero la historia no encajaba y los policías decidieron llevarlo a la comisaría para esclarecer su identidad.
A medida que avanzaba la investigación, quedó claro que estaba tratando de cubrirse las espaldas. Sin embargo, tras unos momentos de confusión y desinformación, finalmente admitió vivir con su tía y proporcionó una dirección exacta. Una patrulla se dirigió rápidamente al domicilio y confirmó su identidad.
No hay duda de que este incidente es un recordatorio sobre cómo a veces algunas personas creen poder salir impunes con pequeños engaños. La situación terminó con el detenido enfrentándose a un delito leve de estafa. Y así, entre risas y miradas incrédulas por parte del taxista y los agentes, esta historia nos deja una reflexión: ¿realmente vale la pena arriesgarlo todo por tan poco?