En las últimas horas, Puerto Rico ha sido víctima de un apagón masivo que ha dejado a casi toda la isla sin electricidad. Las plantas generadoras, como si de un juego de dominó se tratara, fueron desconectándose una tras otra, dejando a millones en la penumbra. La gobernadora puertorriqueña, Jenniffer González, no pudo ocultar su frustración al hablar con los medios. «Aún así, para mí es inaceptable que tengamos una falla de esta magnitud», aseguró con tono firme.
Una situación insostenible
La mandataria también hizo hincapié en que LUMA Energy, la empresa encargada de la distribución eléctrica, está investigando lo ocurrido. Pero ¿realmente necesitamos esperar más? Puerto Rico ya no aguanta más apagones. Cada vez que esto sucede, el impacto es enorme; se estima que estamos hablando de pérdidas económicas cercanas a los 230 millones de dólares. La luz no es solo un lujo; sin ella, nuestras vidas y negocios se paralizan.
A pesar de que alrededor del siete por ciento de los afectados han recuperado el suministro eléctrico según ‘El Nuevo Día’, las proyecciones no son alentadoras. LUMA Energy anticipa que el noventa por ciento podría volver a tener luz en un plazo de entre «48 y 72 horas». Un tiempo demasiado largo para quienes enfrentan esta crisis.