Valencia, André Almeida ha vuelto a brillar después de un tiempo en la penumbra. Este centrocampista luso, que ha vivido una montaña rusa emocional con su lesión de espalda, volvió a sentir la emoción del gol tras medio año fuera de juego. Y no fue cualquier diana; se trató de un tanto que significó la victoria ante el Rayo Vallecano, justo contra Augusto Batalla, quien hace un año le había hecho pasar momentos difíciles.
El regreso del guerrero
La historia de Almeida es la de un jugador que se mueve entre luces y sombras. Desde su llegada al Valencia, ha sido como una sombra en el campo; desaparecía tan rápido como aparecía. La larga lesión que sufrió desde octubre hasta marzo lo dejó sin jugar y muchos temían por su futuro. Sin embargo, cuando volvió con Baraja al mando, algo cambió. Su presencia revitalizó al equipo y aquel gol se convirtió en un bálsamo para las heridas del pasado.
Ahora el portugués parece haber encontrado su lugar y está disfrutando del juego en este momento dulce para el equipo. Pero no todo es color de rosa; hay esa sensación constante de incertidumbre sobre cuánto durará esta racha positiva. Con el próximo partido contra el Rayo a la vista, Almeida tiene frente a sí otra oportunidad para demostrar que puede ser clave en esta temporada.
Aquel gol hace un año, ese 15 de abril en El Sadar fue su última celebración antes de caer en la rutina del dolor y la frustración. Ahora vuelve a enfrentarse a Batalla con el recuerdo fresco de aquella anotación que rompió su silencio goleador y lo llevó a soñar con consolidarse como una pieza fundamental en este rompecabezas llamado Valencia CF.