La tarde del martes, el ambiente festivo de la Fira del Ram de Mallorca se tornó inquietante cuando dos pequeñas se llevaron un buen susto. Todo ocurrió con la atracción ‘The Limit’, que, por un fallo técnico, decidió frenar en seco, dejando a las niñas desorientadas y con algunas heridas leves. Un testigo logró captar el momento y los gritos de las pequeñas resonaron como eco entre los asistentes.
El propietario de la atracción, Edgar, explicó lo sucedido: «El ordenador detectó un posible fallo en un sensor y rompió un cable. Por seguridad, se frena todo al instante». Aunque el descenso es lento, la abrupta detención generó un efecto latigazo que hizo que las cadenas golpearan a una niña en el dedo y a otra en la nariz, provocando incluso un pequeño sangrado. No es raro que estas situaciones causen pánico; como bien dice Edgar: «El padre se asustó, claro. Es normal. Nosotros sabemos cómo actuar pero no todo el mundo está preparado para esto».
Un futuro incierto para la atracción
Tras el incidente, la atracción fue evacuada inmediatamente y se ofreció a la familia el seguro obligatorio para cubrir cualquier gestión necesaria. Pero lo que preocupa ahora al feriante es si podrá reparar su máquina a tiempo para cerrar con broche de oro esta última semana de ‘Ram’. «Un sensor puede costar desde 3000 hasta 10.000 euros; ojalá solo sea un cable y cueste 200», comenta Edgar mientras espera noticias sobre cómo solucionarlo.
Si no logra arreglarlo rápido, su única opción será desmontar ‘The Limit’ y marcharse hacia otro destino. Esta situación no solo afecta a su negocio; es una fuente vital de ingresos para él y muchos otros feriantes que dependen de estas fiestas para subsistir. Y aunque siempre hay riesgo –como nos recuerda Edgar– ellos pasan por rigurosas revisiones e inspecciones de seguridad cada vez que montan sus atracciones: «Es como pasar la ITV del coche». Para él ser feriante es más que un trabajo; es una pasión arraigada desde nacimiento.