Los trabajadores del PAC de Sóller finalmente pueden soltar un suspiro de alivio, aunque el miedo aún les recorre el cuerpo. En los últimos días, un hombre había convertido la tranquilidad del centro en un verdadero caos. Con sus puños, destrozó la puerta de cristal del lugar y, como si eso no fuera suficiente, no dudó en lanzar amenazas de muerte a los que allí laboran.
El pasado 11 de abril fue la gota que colmó el vaso. Ese día, volvió a hacer acto de presencia y rompió la puerta nuevamente. Fue entonces cuando la Guardia Civil decidió actuar y lo detuvo por estos actos violentos. Sin embargo, aquí viene lo increíble: tras su arresto, volvió a quedar en libertad. ¿Qué clase de justicia es esta?
Cambio necesario para recuperar la seguridad
A raíz de toda esta locura, se ha emitido una orden de alejamiento que prohíbe al individuo acercarse al centro sanitario. Por otro lado, también supimos que la Policía Local ha tenido que intervenir hasta siete veces en cuestión de días por diversos altercados relacionados con este mismo hombre.
En uno de esos episodios tan surrealistas como preocupantes, fue denunciado por insultar a un agente del orden público. Y claro, mientras tanto, las redes sociales ardían con los relatos sobre esta situación tan lamentable.
A pesar del mal trago vivido, el equipo sanitario expresa su agradecimiento por la rápida respuesta ante estos hechos y subraya lo crucial que ha sido hacer pública esta denuncia. Ahora sí pueden continuar con su labor sin ese miedo constante acechando sobre ellos. Recuperar esa paz laboral era fundamental.