En el corazón de la crisis ucraniana, las autoridades han hecho oficial este miércoles que están en contacto con sus colegas de Pekín. ¿El motivo? Dos ciudadanos chinos fueron apresados la semana pasada en Donetsk mientras luchaban del lado ruso. Heorhi Tiji, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano, no se ha guardado nada al respecto. «Hemos mantenido contacto con la parte china a través de vías diplomáticas», aseguró, añadiendo que se están llevando a cabo todas las investigaciones necesarias sobre estos ciudadanos.
Pero esto va más allá de un simple intercambio de palabras. Tiji también recordó que el encargado de negocios chinos en Kiev fue convocado para ponerle sobre aviso: estas situaciones pueden dañar seriamente las relaciones entre ambos países. Y es que, como bien destacó, la presencia de los ciudadanos chinos en este conflicto no solo es ilegal, sino que debería llevar a China y a cualquier otra nación a actuar para evitar reclutamientos similares. «Pedimos a todos los gobiernos que identifiquen cuando Rusia engaña a sus propios ciudadanos para enviarlos a combatir», reclamó con firmeza.
Por su parte, China ha rechazado toda responsabilidad por lo sucedido y Ucrania parece aprovechar esta coyuntura para cuestionar esa supuesta neutralidad del gigante asiático. Los detenidos, Wang Guangjun y Zhang Renbo, dieron una rueda de prensa donde manifestaron haber sido engañados por Rusia; ellos solo querían participar en labores médicas, no convertirse en soldados. Con voz temblorosa pidieron ser repatriados o ser considerados para un futuro intercambio de prisioneros.