En una movida que no pasa desapercibida, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, se dirige esta semana a París. Su misión: hablar con sus colegas europeos sobre cómo avanzar en las conversaciones que buscan poner fin a la guerra en Ucrania. Aunque el Departamento de Estado ha mantenido un silencio casi sepulcral respecto a los detalles de las reuniones, lo cierto es que este viaje está cargado de expectativas.
Acompañado por el enviado especial Steve Witkoff, quien recientemente tuvo una visita polémica a Rusia, Rubio espera “avanzar” en los esfuerzos del presidente Trump para acabar con el conflicto entre Rusia y Ucrania. Y es que, tras meses de sufrimiento y derramamiento de sangre, ya es hora de encontrar soluciones reales.
Nuevos desafíos y oportunidades en la capital francesa
En la elegante capital francesa, el jefe de la diplomacia estadounidense no solo se centrará en Ucrania. También explorará maneras para fortalecer los intereses compartidos entre Estados Unidos y Europa. Este viaje arranca hoy y se extenderá hasta el viernes. Sin embargo, viene marcado por otros frentes abiertos: desde nuevas conversaciones con Irán hasta las exigencias comerciales impulsadas por Trump. Además, Washington sigue presionando a sus aliados europeos para aumentar su gasto en defensa.
No cabe duda de que cada paso dado en París puede tener repercusiones profundas no solo para Europa, sino también para todo el tablero geopolítico global. En medio de tantas tensiones, es crucial recordar que detrás de cada decisión hay vidas humanas afectadas.