El Gran Premio de Arabia Saudí se presenta como un nuevo capítulo para Fernando Alonso y su equipo, Aston Martin. El asturiano, ya en Jeddah, no se esconde: el sueño verde de alcanzar las máximas alturas de la Fórmula 1 sigue vivo. Con el bullicio de la ciudad y el aroma a motor en el aire, Alonso llega con ganas de demostrar que aún hay esperanza.
Un viaje lleno de promesas
“Esto es un viaje que empezamos, ahora estamos a mitad de camino y pienso que Aston Martin va a ganar un Campeonato del Mundo”, afirmó con determinación durante un acto en las oficinas de Aramco, su patrocinador principal. Su uso del “nosotros” refleja un compromiso profundo con el equipo y la confianza en que juntos pueden lograr grandes cosas.
Sin embargo, no todo ha sido fácil para Alonso. En Bahréin, los resultados fueron desalentadores; el AMR25 mostró deficiencias evidentes y dejó claro que aún les queda mucho por trabajar. “Sabemos lo que nos falta”, reconoció Mike Krack, uno de los líderes del equipo. Y aunque Jeddah ofrece un nuevo tipo de circuito que podría traerles algo más de fortuna, Alonso sabe que deben mejorar si quieren estar en la lucha.
A pesar del mal inicio de temporada, este trazado largo y veloz promete emociones intensas. Con tres zonas de DRS y una velocidad media superior a los 250 km/h, aquí es donde se pone a prueba la habilidad del piloto al límite. Así que mientras todos miran hacia adelante, Alonso mantiene su mirada firme en el futuro: “Nos viene mejor este tipo de circuitos”, dice con esperanza.
La batalla está servida y cada carrera es una oportunidad para brillar. En medio de tanto ruido y presión, la fe inquebrantable de Alonso puede ser justo lo que Aston Martin necesita para salir adelante y cambiar las tornas.