La publicación ‘Cinco Días’ ha soltado una bomba informativa que sacudió este miércoles el panorama ferroviario español. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha decidido retirar el apoyo y los fondos al esperado AVE de Texas, un proyecto que Renfe veía como la oportunidad dorada para ingresar más de 5.000 millones de euros. Desde el Departamento de Transportes norteamericano no han dudado en calificar esta construcción como «poco realista y arriesgada para el contribuyente». Y así, lo que prometía ser un salto hacia la internacionalización se convierte en un duro golpe para la principal empresa ferroviaria de nuestro país.
Un encuentro que no da frutos
Todo esto llega justo después de una reunión entre Carlos Cuerpo, ministro de Economía español, y Scott K.H. Bessent, secretario del Tesoro estadounidense. Mientras Cuerpo salía esperanzado diciendo que la Unión Europea podría tener mejores cartas en las negociaciones arancelarias con Estados Unidos, Trump parece haber pasado por alto esas promesas y ha exigido avances concretos: más gasto en defensa y eliminar la conocida «tasa Google».
Este revés supone un auténtico quebradero de cabeza para Renfe. El AVE de Texas era uno de esos proyectos estrella destinados a expandir su presencia en América del Norte y diversificar sus ingresos. Ahora, se ven obligados a buscar alternativas que compensen esos ingresos perdidos. ¿Qué caminos tomarán? Quizás tendrán que rediseñar su estrategia e investigar otros mercados donde puedan hacer ruido.
Detrás de esta decisión hay tensiones comerciales palpables entre España y EE.UU., donde las demandas norteamericanas han dejado claro que las negociaciones están lejos de ser amistosas. A pesar del esfuerzo del gobierno español por encontrar un terreno común, parece que la reciente charla entre Cuerpo y Bessent no ha servido para mucho.
Afrontando esta nueva realidad, tanto Renfe como el gobierno español tienen trabajo por delante. La empresa necesita abrir nuevos horizontes comerciales si quiere amortiguar la caída económica provocada por este contratiempo texano; mientras que desde Moncloa deberán continuar buscando formas efectivas para suavizar estas tensiones con Estados Unidos, explorando colaboraciones en temas cruciales como el cambio climático o la seguridad internacional.